Qué es la inflamación
La inflamación es uno de los síntomas gastrointestinales más comunes del mundo.
Un estómago inflamado no es fácil de definir. Los pacientes se refieren a este fenómeno como una sensación de tener “una piedra en el estómago”, ya sea por el aumento en la cantidad de gas en el tracto gastrointestinal o por el exceso de tensión en el abdomen. Hay que señalar que la inflamación es una sensación subjetiva y que no tiene que confirmarse de modo objetivo a través de la evaluación del volumen de gases intestinales o la circunferencia del abdomen. Cuando una persona se queja de inflamación gastrointestinal, no necesariamente están conscientes de un incremento en el grosor abdominal. Lo primero es un síntoma, mientras que lo segundo es una señal visible; una hinchazón y sensación de estrechez de la piel o la ropa mezclada con incomodidad. El cambio visible en la cintura se conoce como distensión y se caracteriza por una relajación en la pared abdominal.
Hay, además, un tercer síntoma con molestias similares: las flatulencias. Hablamos de una descarga frecuente de gases intestinales (más de 24 veces al día). Este síntoma se percibe como particularmente molesto cuando se acompaña de inflamación y distensión.
La inflamación gastrointestinal en sí es una alteración de la motilidad gástrica, que puede ser excesiva, o nervios gástricos hipersensibles, en comparación con la mayoría de las personas. Todo esto es la esfera de los así llamados desórdenes gastrointestinales funcionales donde entra síndrome del intestino Irritable y el estómago irritable.
Los gases están presentes de forma natural en los intestinos. En su mayoría, vienen del aire tragado durante la comida o al hablar y, en segundo lugar, de la fermentación de comida por parte de las bacterias en los intestinos. El intestino grueso es la reserva de bacterias más grande del tracto gastrointestinal.
El aire tragado que puede provocar inflamación intestinal. Mientras tanto, los gases del metabolismo bacterial tienen una composición más variada. Se incluye el dióxido de carbono, metano, hidrógeno y el sulfuro de hidrógeno, responsable del olor característico, y otros derivados del sulfuro. El monto y el tipo de gases de la fermentación dependen del tipo de alimento consumido y de la composición de la microbiota intestinal (el número y variedad de especies y tipos de bacterias que viven en los intestinos). Algunos gases intestinales se absorben en la sangre y se excretan al exhalar, mientras que el resto se elimina al pasar gas.
El volumen del gas en los intestinos normalmente es de 200 ml, mientras que el volumen total diario de gases liberados puede llegar hasta los 600 ml. Una persona normal expele gases de 10 a 24 veces al día.
Un aumento en los gases intestinales puede ser ocasionador por:
- Incremento en el consumo de aire; por ejemplo, al fumar, masticar chicle o hablar al comer.
- El consumo de comidas consideradas productoras de gases, como frijoles o legumbres.
- Beber líquidos gaseosos
- Dificultad en la digestión y absorción en el intestino delgado, lo que causa un aumento en las sustancias y el quimo que llegan al intestino grueso para su fermentación (por ejemplo: intolerancia a la lactosa, mala absorción de la fructosa).
- Reducción en la velocidad del paso del quimo por el tracto gastrointestinal causado por desórdenes orgánicos o funcionales.
- Aumento en el crecimiento de bacterias en el intestino delgado (que es relativamente estéril en comparación con el intestino grueso).
Cómo diagnosticar la inflamación gastrointestinal
Por regla general, no se diagnostica la inflamación gastrointestinal ya que no hay un método preciso para evaluar el síntoma. La misma cantidad de gas podría no causar síntomas en algunas personas y resultar en una molestia considerable en otras. La inflamación y las flatulencias son frecuentemente elementos de los así llamados desórdenes funcionales del tracto gastrointestinal, como el Síndrome de Intestino Irritable, el estómago irritable o dispepsia funcional.
¿Qué te preguntará el médico?
Acude a tu médico si la inflamación gastrointestinal es demasiado molesta o dolorosa. Asimismo, debes consultar con un profesional de la salud si se acompaña de otros síntomas como dolor abdominal, cambios en la frecuencia de las heces o en su textura.
En el caso de la inflamación gastrointestinal, el médico te preguntará sobre varios de los factores anteriores, incluyendo la dieta, así como preguntas sobre los síntomas de alarma, aquellos que podrían indicar desórdenes no funcionales más serios en el tracto gastrointestinal. También te preguntará si hay historial familiar de enfermedades de úlceras pépticas, enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn), enfermedad celíaca o intolerancia a la lactosa, ya que pueden afectar a más de una persona por familia.
El tipo de exámenes que solicitará el médico
Si hay signos de los síntomas de alarma como acompañantes de la inflamación, el médico podría pedir exámenes auxiliares tales como:
- Examen de copro (parásitos, sangre latente, calprotectina)
- Prueba del aliento para hidrógeno o hidrógeno-metano (para evaluar la intolerancia a la lactosa y fructosa)
- Examen de enfermedad celíaca (intolerancia genética al gluten de los cereales básicos)
- Ultrasonido abdominal o radiológico, gastroscopía, colonoscopía
Distensión: un síntoma acompañante frecuente
Si la circunferencia del estómago aumenta rápidamente, pero la masa corporal permanece igual, es muy probable que sufras de distensión.
Los siguientes síntomas se consideran de alarma. Pueden acompañar a un estómago distendido o inflamado, ser impactantes y, por lo tanto, requerir de un análisis médico:
- debilidad
- pérdida del apetito
- pérdida de peso involuntaria
- fiebre
- sangre en las heces
Un caso grave de aumento constante del abdomen también puede ser:
- ganancia rápida de peso (obesidad abdominal)
- ascitis (exceso de líquidos en el abdomen)
- aumento en el volumen de los órganos internos de la cavidad abdominal, tales como el hígado, el bazo o los riñones.
Causas más comunes de la inflamación gastrointestinal
Se debe tomar en cuenta que el exceso de aire en intestinos y estómago con frecuencia se debe a situaciones mundanas, como comer demasiado rápido, hablar al comer, masticar chicle, comer alimentos que forman gases tales como frijoles, coles de Bruselas, cebollas, pasta, productos de cereal, manzanas, peras, duraznos, ciruelas, maíz, avena, papas, leche, helado, quesos y salvado.
La causa más común e inconsciente de las flatulencias es el pasar cantidades excesivas de aire y la incapacidad de eructar; es decir liberar el aire del estómago lo que puede causar dolor estomacal y pesadez. El nombre científico es aerofagia.
Un proceso natural de formación de gas es el que se da en el intestino grueso como resultado de la fermentación (principalmente de carbohidratos, sin excluir a otros tipos) realizada por las bacterias presentes. La producción de estos gases puede llegar a intensificarse causando inflamación gastrointestinal, cuando hay carbohidratos difíciles de digerir o mal absorbidos en el intestino, como los presentes en legumbres, brassica y cebollas.
La fermentación excesiva también se facilita con la intolerancia a la lactosa (un azúcar presente en lácteos), fructosa (en su mayoría presente en frutas, jugos de frutas, miel), consumo excesivo de sorbitol, fibra insoluble.
Los síntomas abdominales también pueden ser causados por los desórdenes funcionales del tracto gastrointestinal. Estos son desórdenes que no tienen una causa orgánica (estructural o bioquímica). Sin embargo, los síntomas pueden ser muy severos. Los desórdenes gastrointestinales funcionales incluyen:
- Síndrome de Intestino Irritable (SII)
- Estómago irritable (Dispepsia funcional)
Las causas menos comunes a considerar son:
- Deficiencia de enzimas pancreáticas
- Enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn, colitis microscópica)
- Enfermedad celíaca
¿La dieta puede eliminar la inflamación gastrointestinal?
Si sufres de inflamación, se recomienda evaluar tu dieta y estilo de vida. Cómo comemos y qué comemos influye en la producción de gas y puede causar que haya una mayor acumulación de gas en el tracto gastrointestinal.
La mayoría de los gases se generan a causa de las bacterias intestinales que fermentan ciertos carbohidratos y azúcares complejos. Las grasas y proteínas no forman tantos gases.
Vale la pena destacar el papel de la alimentación y el estilo de vida. La formación de gases puede incrementar gracias al paso de aire al:
- Comer con prisas
- Hablar al comer
- Fumar
- Masticar chicle
En el caso de flatulencias y gases, vale la pena probar una dieta basada en productos que no causen un exceso en la producción de gases. La siguiente lista de alimentos es solo una recomendación general ya que cada persona reacciona de forma diferente a ciertos componentes. Lo mejor que se puede hacer es poner atención a tu cuerpo y evitar alimentos que causen síntomas indeseados como inflamación gastrointestinal, distensión o flatulencias.
En general el cuerpo tolera:
- Carne, aves y pescados
- Huevos
- Vegetales como lechuga, tomates y calabacines
- Frutas como uvas, frambuesas, cerezas y aguacates
- Aceitunas
- Arroz
- Yogurt, kéfir,
Incluye cambios en la dieta de forma gradual, observando las reacciones del cuerpo para poder excluir productos que aumenten los malestares derivados de la inflamación gastrointestinal.
En general, se recomienda comer alimentos frescos y sin procesar, que no incluyan aditivos como colorantes o conservadores.
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