Los espasmos intestinales pueden convertirse en un problema para la salud si no se trata a tiempo con complicaciones que pueden llegar a afectar a los pulmones, al sistema respiratorio o al sistema digestivo. Se trata de una anomalía que provoca movimientos musculares incontrolables en la zona abdominal. Por lo general, son normales, pero en algunas ocasiones pueden resultar dolorosos y ser síntoma de algún problema mayor.
Otros trastornos digestivos que también pueden ocasionar espasmos estomacales son la enfermedad de reflujo gastroesofágico o el síndrome del intestino irritable.
No existen causas claras sobre los espasmos intestinales o esofágicos, aunque pueden tener cierta relación con episodios de estrés y ansiedad que provoquen un desequilibrio en el sistema nervioso del cuerpo y, por tanto, una respuesta que impida a los músculos del intestino realizar la digestión de los alimentos.1
Otra de las posibles causas apunta a un daño en el nervio vago que es quien controla las contracciones musculares del sistema digestivo. Un nervio vago dañado puede provocar que se obstaculice la función estomacal y que la digestión del alimento sea mucho más lenta.2
¿Cómo tratar los espasmos intestinales?
Aunque no existe un método de prevención claro, algunos de los cambios que puedes llevar a cabo para tratar de mejorar tu salud digestiva y así evitar problemas de acidez, náuseas o vómitos son comer porciones más pequeñas, evitar el alcohol y tratar de perder peso.
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No olvides consultar con tu médico si los síntomas continúan o si identificas algún síntoma que pueda afectarte en tu rutina diaria por culpa de los espasmos intestinales.
Fuentes de referencia: